Hay relaciones de pareja, incluso relaciones de amistad o de familia, que pasen por procesos complicados, que los llevan a experimentar una crisis o un fuerte problema, que puede implicar un riesgo a la estabilidad de la relación.
Pero, una vez superada la crisis, donde hay una persona que acepta un error y la otra decide perdonar, en principio este proceso de perdón debe cerrar el tema, pues tiene a la base una sola acción, la reconstrucción de dicha relación y esto implica:
- Construir credibilidad.
- Abrirse a nuevas posibilidades.
- Hacer cambios de hábitos y actitudes.
- Negociar acuerdos, sostenerlos y mantenerlos.
- Dejar el tema que causó el problema atrás y quedarnos con el aprendizaje.
- Recuperar la expresión afectiva.
- Reconstruir la calidez y la cercanía.
- Recuperar la naturalidad.
- Abrirse a la construcción de un diálogo positivo.
En fin, aspectos de reconstrucción son muchos, pero en síntesis la idea es reconstruir y volverse acercar para estar mejor, para estar felices, porque la reconstrucción a nivel personal tiene que implicar:
- Un amplio sentido de realización personal.
- Acogida afectiva.
- Sentirse validado y validada por la otra persona.
- Tiene que haber disfrute.
- Se tiene que vivir en un clima de armonía y paz, de buen trato en todas las dimensiones de la relación.
Si estos ejes se logran vivir, se podría decir que la decisión de continuar, de reconstruirse tiene un fondo positivo y constructivo.
Pero, resulta que a veces, hay personas que deciden sostener y mantener una relación después de una crisis, pero desarrollan patrones en los que se experimenta:
- Frialdad e indiferencia.
- Reclamos recurrentes.
- Se vive en un esquema de control, celos e inseguridad.
- Enojos recurrentes.
- Discusiones frecuentes.
- Se reactiva el pasado una y otra vez.
Lo que hace que la persona que cometió el error, se siente a veces alienado o coaccionado, en principio se hablaron las cosas, se llegaron a acuerdos, hubo perdón ¿Qué sentido tiene seguir bajo una estructura de conflicto?
Si se reestablece una relación, y se va a vivir en una escalada constante de tensión, esto podría ser humillante, si bien es cierto alguno de los dos o los dos, pueden ser responsables de la crisis, la reconstrucción no implica humillar, descalificar, fastidiar cuestionar, a agredir, constantemente a la otra persona, porque en definitiva no ayuda en nada.
El perdón es para disfrutar, y si no lo puedes hacer, habría que cuestionar las razones para seguir en este ciclo detención sin sentido.
Dr. Rafael Ramos
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